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miércoles, 18 de agosto de 2010

Aún sin acuerdos en la OMPI sobre libros para personas con discapacidad visual y acceso a la información

Aún sin acuerdos en la OMPI sobre libros para personas con discapacidad visual y acceso a la información.

Continúan los esfuerzos para que la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) adopte un instrumento internacional que permita aumentar el número de libros accesibles a personas ciegas y con otras discapacidades para la lectura, aunque a paso lento.

Del 21 al 24 de junio se realizó en Ginebra la 20ª reunión del Comité de Derechos de Autor y Derechos Conexos de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, donde uno de los temas principales tratados ha sido las excepciones al copyright y derechos de autor para libros para ciegos y personas con otras discapacidades, a partir de la propuesta de tratado internacional elaborada por la Unión Mundial de Ciegos y presentada en 2009 por Brasil, Ecuador y Paraguay. Para esta reunión México se ha sumado a los tres países proponentes.

Durante las deliberaciones se contó con una importante presencia de organizaciones de la sociedad Civil de todo el mundo. Más de 50 organizaciones estuvieron presentes, contándose con cerca de 20 organizaciones de ciegos que representaron a todas las regiones del mundo. Desde ULAC hemos trabajado fuertemente para que nuestra región tenga presencia importante y pueda así dar a conocer las necesidades y las particularidades de nuestro contexto de países en desarrollo. Además de mi participación como representante de ULAC, se contó con la presencia de un representante de la Organización Nacional de Ciegos de Brasil y una representante de la delegación Mexicana ante ULAC.

Se han logrado avances importantes, pues todos los gobiernos ya reconocen que hay un problema en el acceso a libros por parte de las personas con discapacidad para la lectura y que debe ser solucionado a través de un instrumento internacional. No obstante los avances, lamentablemente fue muy difícil consensuar posiciones entre los gobiernos y la reunión terminó sin acuerdo en cuanto a como avanzar en la búsqueda concreta de una solución.

Durante la negociación en la OMPI, todos los gobiernos de América Latina y el Caribe, junto con importantes países asiáticos, como India, Tailandia y Turquía defendieron activamente la herramienta de un tratado vinculante como la solución internacional más adecuada y que puede permitir una solución global, más eficiente y de acuerdo a los diferentes contextos regionales y nacionales. La sociedad civil, representantes de bibliotecas y las organizaciones de ciegos fueron unánimes en su apoyo a la propuesta de tratado internacional de la Unión Mundial de Ciegos, ahora formalmente propuesta por Brasil, Ecuador, Paraguay y México.

El grupo Africano insistió en la postura de tomar todos los temas de excepciones y limitaciones al derecho de autor con un abordaje holístico, buscando llegar a un tratado internacional que incluya tanto excepciones y limitaciones para ciegos y otras discapacidades, como para bibliotecas, educación y archivos, lo cual en opinión de muchos haría que un instrumento de esta magnitud tardara años y años en negociarse y concretarse, al haber muchísimos más intereses en juego y demasiados aspectos aún a estudiar.

Europa y los Estados Unidos, aprovechando la postura africana, han insistido en la propuesta de instrumentos más limitados y no vinculantes que, según nuestro parecer, generarían más trabas y retrocesos en la producción y circulación de obras en formatos accesibles en los países en desarrollo. Amparándose en la dificultad para lograr acuerdo sobre un instrumento internacional vinculante, estos países, ofrecen llegar a recomendaciones y declaraciones suaves que no modifiquen sustancialmente el estado actual de cosas.

Además, las dos propuestas presentadas por Estados Unidos y Europa basan el intercambio internacional de obras en formatos accesibles en la figura del "Intermediario de Confianza", un concepto ajeno a cualquier legislación sobre el tema. El intercambio de obras entre países estaría limitado a una organización que en cada país sería la reconocida como de confianza por parte de los titulares de derechos, y a la que se impondrían importantes condiciones de gestión y manejo de las obras. Por ejemplo, en la propuesta Europea, si un usuario de Argentina necesitara un libro que se encuentra en formato accesible en México, tendría que solicitar al intermediario de confianza Argentino que solicite este libro al intermediario de confianza en México, e incluso este último tendría que informar a los titulares de derechos que se envía la copia accesible de la obra a Argentina.

Este modelo presenta importantes requerimientos burocráticos que resultan en una traba a la difusión de las obras y no permitiría una atención eficiente de las necesidades de la población con discapacidad en nuestros países en los que la mayoría de las organizaciones no cuentan ni con grandes estructuras ni con suficientes recursos económicos. Además la determinación de estos intermediarios de confianza podría generar importantes conflictos de intereses y una monopolización de la distribución de obras accesibles.

El concepto de "Intermediario de confianza" proviene de las discusiones en la "Plataforma de Sectores Interesados" que la OMPI y algunas organizaciones de titulares de derechos vienen impulsando desde que la Unión Mundial de Ciegos presentó su propuesta de tratado. En esta plataforma se reúnen representantes de editores y organizaciones de ciegos para generar formas de acceso a obras a partir de licencias voluntarias y pilotos de prueba para organizar el intercambio internacional de materiales y archivos electrónicos. Si bien se sostiene que la plataforma no es una alternativa al tratado, en la práctica estamos viendo que muchos de sus conceptos se trasladan a la negociación sobre el instrumento internacional y se la presenta como un importante avance, cuando, según mi opinión, es un proyecto planteado sólo desde las realidades de los países desarrollados, sin participación real de un gran sector de organizaciones productoras de libros accesibles y que en muchos aspectos genera más retrocesos que avances. Además, los alcances planteados en el mismo proyecto son muy pequeños en relación a la necesidad de acceso a lectura e información que es enorme, en especial en los países en desarrollo.

La reunión de la OMPI en junio fue importante en el sentido que fue claro el apoyo a la propuesta de tratado de la Unión Mundial de Ciegos desde la sociedad civil, los países latinoamericanos y del caribe y muchos países asiáticos y por que se vieron más claras las posiciones que los Estados Unidos y Europa pretenden tomar para limitar el alcance del instrumento internacional.

Desgraciadamente, al momento de llegar a las conclusiones de la sesión, las posiciones de los gobiernos se mostraron irreconciliables y luego de intensas discusiones y negociaciones no se llegó a acuerdos, concluyendo la reunión sin ningún documento ni conclusión aprobado. Así hoy la negociación se encuentra trabada, por lo que se debe esperar a que en septiembre 2010 se trate nuevamente el tema en la Asamblea General de la OMPI.

Desde la ULAC seguimos trabajando con las diferentes organizaciones de Ciegos para que conozcan de la temática y trabajen junto a sus gobiernos, tanto para impulsar la búsqueda de una solución internacional como para la concreción de la incorporación de las excepciones al copy Light para libros para ciegos y otras personas con discapacidad en las leyes nacionales que aún no las incluyen.

Resulta de suma importancia que los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil podamos discutir acerca de los diferentes contenidos que debe tener un instrumento internacional: cómo armonizar las excepciones, cómo favorecer el intercambio internacional y la puesta en común de recursos, qué problemas presenta la figura del intermediario de confianza, etc.

Con esto podremos fortalecer la propuesta y el apoyo y la participación de la sociedad civil.

Creo que más allá de las dificultades en la negociación internacional, se ha logrado generar en los gobiernos latinoamericanos mayor conocimiento sobre la problemática de la producción y circulación de obras en formatos accesibles, lo cual ya es un avance y comienza a reflejarse en resultados concretos. Este año Chile ha incorporado a su legislación las excepciones al copy Right para libros para ciegos, y otros países de la región como México, Brasil y Guatemala, están trabajando para incorporarlas.

El camino de una negociación internacional es complejo y va siempre más lento de lo que quienes necesitan una solución esperan. Pese a esto, en el último año se han logrado importantes avances, y seguimos trabajando para dar fuerza a la propuesta de tratado y vencer los temores que desde las grandes corporaciones de titulares de derechos se tienen sobre la materia.

De un lado está el miedo infundado a que con un tratado internacional sobre libros para ciegos se pueda incrementar la piratería de obras protegidas, y el miedo a que si se avanza en un tipo de excepciones se abran puertas para el avance de otras excepciones que afecten a mayor población y mayores intereses. Del otro lado está la necesidad de acceder a lectura e información de millones de personas ciegas y con otras discapacidades, que por estos intereses, se ven privadas de gozar de sus derechos humanos, y en concreto de sus derechos a la educación, la información, el ocio y son privados de ser ciudadanos plenos con una verdadera inclusión social.

Publicado por:
Pablo Lecuona
Presidente de la Asociación Civil Tiflonexos
Director de Tiflolibros, biblioteca digital para ciegos de habla hispana
Y Representante de la Unión Latinoamericana de Ciegos (ULAC) en la Campaña Derecho a Leer de la Unión Mundial de Ciegos

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